No tengais más añoranza
y olvidad ya vuestra pena
que por divina ordenanza
siempre con la Macarena
nos sonríe la Esperanza
Eres Tú y tan solo Tú aquel anhelo
que el alma por el llanto agonizante
buscaba y rebuscaba a cada instante
removiendo la tierra con el cielo.
Es tu halo, tu fulgor, el tierno velo
que cubre tu mirada y tu semblante
-de hermosura y de gracia abundante-
los que guardan esperanza y consuelo.
Y a pesar de la pena más precisa
-sin que mustie la flor de tu belleza-
que en tus ojos es seña y es premisa,
siempre tienes -por eso tu grandeza-
un momento para aquella sonrisa
que convierte en sonrisas la tristeza.
siempre tienes -por eso tu grandeza-
un momento para aquella sonrisa
que convierte en sonrisas la tristeza.