martes, 3 de enero de 2012

Rosario trianero de décimas




Viendo tu cara afligida
sumida en tanta tristeza
comprende el que te reza
que es la cura de su herida.
Y Tú, sin que nada pidas
siempre de consuelo llenas
mas cuando postrado, apenas
mire tu tierno semblante,
sentirá por un instante
como se alivian Tus Penas.

Fue derrotada a tu vera
la luna que aunque compita
con esa cara bonita
siempre se queda en quimera.
Quién de tu lucero fuera
halo que en tu cara brilla
cruzando de orilla a orilla
para iluminar la prestancia,
el encanto y la fragancia
del corazón de Sevilla.

Grande entre los grandes, Señor
del poder más soberano
que hace sencillo lo ufano
y la grandeza, mayor.
Es tu paso un gran clamor
que haces que siempre se expanda.
Tu soberanía se agranda
y tu poder se mantiene.
Así es como Triana viene.
Así...¡como Dios manda!

Un blanco lirio plantado
en el vergel de la gracia
en San Gonzalo se sacia
del piropo más granado.
De su perfume sagrado
el barrio inhala la cura
a su aflicción la hondura
y a la tristeza más alta
pues la Salud que hace falta
nos brinda con su hermosura.

Caído por vez tercera
y ya sin fuerzas ni brío
se cae también el río
cuando pasas por su vera.
Se cae Triana entera
sin quitarse de tu lado.
Y por eso no has dejado
de quererla en tu caída
y a la fe más decaída
con amor has levantado.

En tu rostro la belleza
se convirtió en Esperanza.
En tu nombre, la alabanza
se llenó de su Pureza.
Encontró su fortaleza
Triana bajo tu manto
llenándote de su encanto
y de la gracia del Cielo,
siendo su amor el pañuelo
para aliviar tu quebranto.

Nazareno que en Triana
se hace a la par sevillano
que en el puente, mano a mano,
todo obstáculo se allana.
Esencia de humildad mana
su rostro firme y sereno.
Por eso de amor va lleno
desde la calle Castilla
al corazón de Sevilla
el más dulce Nazareno.

Asombro de gozo y llanto,
gesto eterno de sorpresa
que en tu mirada no cesa
de prodigarse en encanto.
Por tu nombre me decanto,
pues de amor se enseñorea.
Y mis voz ya bisbisea
sin que el suspiro descarte
que esa hermosura al nombrarte
tu rostro lo redondea.

Aunque un segundo separa
a la vida de la muerte
en la cruz se hace más fuerte
y ese tránsito se para.
Mientras, refleja en su cara
de la gloria la venida.
Así al corazón convida
para que el dolor esquive
y al alma en pena revive
su último hálito de vida.

Patrocinio, tierno amparo
de la pena más profunda
que es en belleza fecunda
-eso queda más que claro-.
Con su encanto la declaro
primorosa soberana.
Sevilla a su lado gana
más belleza y más dulzura
mientras pone su finura
el broche de oro a Triana.

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Sevilla, Sevilla, Spain
Sin permiso previo de la autora y administradora del blog o sin citar la procedencia queda prohibido el uso y/o manipulación de su contenido.

Seguidores