De su rostro siempre emana
por ser humano y divino
esa esencia catalana
de porte montserratino
y la gracia sevillana.
Más que una rosa del cielo
es escogida semilla
con todo cariño y celo
para sembrarse en Sevilla
y hacer brotar el consuelo.
Mi corazón vive y sueña
con tu presencia galana
y al contemplarte me enseña
que en gracia nadie te gana
bendita rosa abrileña.
Algo tiene tu semblante
que es imán para mis ojos,
hace infinito el instante
y hace olvidar mis enojos
cuando te tengo delante.
Siento al verte extraño brío,
por tu pena me desvelo,
mas en Ti tanto confío
que es mi cante tu consuelo
y tu bello rostro el mío.