domingo, 12 de agosto de 2012

A su Imagen y semejanza -foto Gard-



Si hay que ponerle rostro
a la gracia sevillana...
para que el consuelo tenga
puesta en solo una palabra
la virtud de una certeza
y la plena confianza...

Para que tomara asiento
el fervor de una plegaria
en unos ojos divinos
y en una sonrisa humana...

Si en lágrimas y en sonrisas
Sevilla se condensara,
se piensa en la Macarena,
bonita donde las haya
que tiene el encanto preciso
que a todo el mundo le encanta;
y tiene ese "algo" distinto
que solo a Ella se iguala.

Que tiene a los corazones

prendidos en su mirada,
que no deja indiferente
al que se pone a mirarla:
al macareno,al ajeno,
o al que nunca cree en nada
y cuando pierde la fe
busca siempre a la Esperanza.

Tiene esa esencia que dicen

es del mismo Dios morada,
tiene la gracia precisa
para ser mil veces santa.
Tiene belleza de sobra
y hermosura no le falta.

Pero tiene sobre todo

que custodia y siempre guarda
en su verde relicario
la presea más preciada
que Sevilla le otorgó
como Reina y Soberana.

Pues si había alguna Virgen

que supiera de esperanzas
era Aquella, la del sol
que alumbra la Resolana;
Aquella que está en San Gil
desde centurias pasadas
y que su barrio menciona
con la mejor alabanza;
esa Virgen, que Sevilla
esculpió a su semejanza,
resume mejor que nadie
toda bienaventuranza.

Y es que en Ella se forjó

la más perfecta alianza:
 el barrio puso el nombre,
puso Dios toda su gracia
y con arte y fe, Sevilla
puso rostro a su ESPERANZA.

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Sevilla, Sevilla, Spain
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