miércoles, 9 de septiembre de 2015

Tendiendo puentes


Prodigio de Dios mismo presentido
luciendo entre suspiros sobre un paso:
el sol que se inclinó frente el ocaso
en tu cara celeste ha amanecido.

Contigo todo abismo, por temido,
sucumbe y reconoce su fracaso,
se encumbra tu fulgor al cielo raso
y alumbra al corazón arrepentido.

¿Qué más gloria, por alta y por cercana,
que la tuya, crisol de la mañana,
reguero de hermosura que hace mella?

Te luces, nada menos, y más brillas.
Por eso tienden puentes dos orillas
y les guía en su fe la misma Estrella.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Saetas (III)


Se nos hace más humano
el Gran Poder caminante
cuando la fe suplicante
del corazón sevillano
se refleja en su semblante.

Aunque tiembla tu rodilla
y la carga ya te ceda, 
desde la calle Castilla
las fuerzas que aun te quedan
las repartes por Sevilla.

Cuando mi alma repara
en tu largo sufrimiento,
mi garganta se prepara
para orar con sentimiento
y que te cambie la cara.

Es tu cruz un relicario
y tu cuerpo joya inherte
que mi corazón a diario
custodia cual caja fuerte,
Santo Cristo del Calvario.

Va tu dulzura dormida
clavado en la cruz, inherte,
mientras a mi alma perdida
viendo tu Buena Muerte
la devuelves a la vida.

Si fallé en algún momento,
si en un instante mis labios
hizo ofensa a tu tormento
¡Señor, quiero en desagravio
cantarte con sentimiento!

No es destello ni es centella,
ni resplandores a mantas,
veo en Ti que dejas huella
pues tus Penas no son tantas
cuando te alumbra tu Estrella.








sábado, 18 de julio de 2015

Saetas macarenas (IV) Foto: Gard





Puso el cielo en ti bonanza
hermosura la azucena
Sevilla su confianza
y puso la Macarena
en tu rostro su Esperanza.

Como bendita alianza
y en cada melancolía
yo te ofrezco mi alabanza
y mi fe de cada día
a cambio de tu Esperanza.



El lucero palidece,
se eclipsa la luna llena
y hasta el sol desaparece
cuando tu luz, Macarena, 
bajo palio resplandece.

Toda angustia se serena
y la dicha se afianza
viendo tu cara morena
pues donde esté tu Esperanza
no hay sitio para la pena.

Santo rocío es tu llanto
que recorre tu mejilla.
Y en tus labios mientras tanto
la Esperanza de Sevilla
se hace sonrisa y encanto.

Toda Sevilla se llena
de tus gracias a raudales
al ver tu sonrisa amena
que surge entre los varales,
mi Esperanza Macarena.

Cuando mi alma se apena
en tu Esperanza confía,
de tu gracia me hallo plena
y haces que siempre sonría,
mi Esperanza Macarena.



sábado, 30 de mayo de 2015

Tu cara me suena... (foto Arenas)



Viendo tu cara morena
el alma se maravilla
y suspira con tu pena,
y al nombrarte ¡Qué bien suena
tu Dulce Nombre en Sevilla!

¡Cuánta gracia y lozanía
tiene esta Virgen morena
cuyo Dulce Nombre llena
San Lorenzo de alegría!
Hacia esta flor, cada día,
siempre un piropo se escapa.
Pues tanta belleza atrapa
su rostro, perfil y frente,
que ya falta solamente
que San Juan le grite ¡guapa!






viernes, 29 de mayo de 2015

Más Macarena que nunca (foto elnazarenito.com)

https://elnazarenito.files.wordpress.com/2014/06/entrada-salida-extraordinaria-de-la-esperanza-macarena-3r.jpg

Algo pasa junto al Arco
y en el aire se vislumbra
cuando sale, como siempre,
la Esperanza cual ninguna. 

Todo distinto se vuelve
y todo se transfigura:
el que sonríe, solloza
y el dolorido, se cura.

Todo es distinto hasta en Ella
porque en su rostro se suman
el dolor y la alegría,
el Cielo con las honduras.

El barrio entero se lanza
a la divina locura
que traducido en piropos
pone sentido y cordura.

La Virgen toda halagada,
en una admiración mutua,
hasta olvida por momentos
la razón de su amargura.

De Resolana hasta Feria
la pena está en las últimas
pues primero está la Gracia
rebosante de dulzura.

Todo cambia en la Cruz Verde,
las emociones transmutan.
Es la frontera que marca
una nueva singladura.

Y aparece ahora el gesto
de nostálgica ternura
-pues la luna echa de menos
al lucero que la alumbra-.

Ahora las lágrimas salen
y la sonrisa se oculta.
Se siente en la lejanía
más Macarena que nunca.

Pero antes que la pena
haga sombra a la penumbra
y de a la melancolía
compases a la música,
Sevilla va recogiendo
el caudal a cada súplica
hacia esa Rosa bendita,
-vergel de la donosura-
que tomó en la Macarena
posesión de investidura.

Sevilla toma el relevo
y la siente como suya
-que habrá muchos sentimientos,
pero Madre solo hay una-.

Por eso a la Esperanza
le asalta la coyuntura,
si sonreir con nostalgia
o con más gracia y ternura.

Se decide por la gracia,
toda pena disimula,
que no cabe en esa noche
ninguna pena profunda.
Porque Sevilla la espera,
porque siempre va en la busca
de sus ojos donde encuentra
las respuestas a sus dudas.

Está a gusto la Esperanza
en esta divina alcurnia
que va desde la Alameda
hasta la esquina de Cuna.

Es ahí donde se marca
otro rumbo a la ventura
y otra vez le va asaltando
diferente tesitura.

Qué extraña mezcla en su gracia
de sensaciones se juntan:
que quiere volver al barrio,
mas no tiene prisa alguna,
que quiere estar con su gente
y al mismo tiempo permuta
el Arco por la Giralda
y el lucero por la albura.

Hay otro gesto en su rostro
que doce horas son muchas
y han pasado en ese tiempo
varias emociones juntas.

Pero vuelve ¡ y cómo vuelve!
por si alguno tiene dudas,
siendo la misma Esperanza
que salió bajo la luna.

Vuelve incluso con más gracia,
otro gesto sin angustia
y vuelve con más belleza,
con más amor y hermosura,
más arropada y querida,
más contenta, más segura
y con muchos más piropos,
con más salves y aleluyas.

Pues tras irse hacia Sevilla
nostálgica y taciturna
regresa la Macarena
más sevillana que nunca.

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