Una esbelta gallardía
en custodia se presenta;
libre de lo accesorio
que en verdad solo molesta;
despejada de abalorios
y de sus joyas etéreas,
de floripondios barrocos
y de pulcritud de cera;
de velas que se enrizan
viendo su cara serena,
que aunque esto suene a ripio
todo en Ella se condensa;
únicamente tocada
por la gracia macarena,
por el verde luminoso
que a la oscuridad verdea;
que ni vergeles la aroman
¿para qué más flor que Ella?
solo unos claveles blancos
brotan de su primavera,
a las plantas de la que es
la Madre de la naturaleza.
Ni algarabía, ni cantos,
ni aplausos, ni luz de velas;
pero sí ríos de llanto
que se desbordan al verla.
Tan solo ojos y labios
para Imagen tan perfecta;
Miradas que se entrecruzan,
palabras que se encadenan
entre la fe y la Esperanza
por más cercana, más bella...
Eso es el buen ejemplo
de la Sevilla auténtica,
de rezos e intimidades
y de cumplidas promesas;
pues no necesita gritos
para imponerse esta Reina...
No le hace falta más nada
y si algo faltara en Ella
con su fe y con sus piropos
Sevilla se lo completa.
en custodia se presenta;
libre de lo accesorio
que en verdad solo molesta;
despejada de abalorios
y de sus joyas etéreas,
de floripondios barrocos
y de pulcritud de cera;
de velas que se enrizan
viendo su cara serena,
que aunque esto suene a ripio
todo en Ella se condensa;
únicamente tocada
por la gracia macarena,
por el verde luminoso
que a la oscuridad verdea;
que ni vergeles la aroman
¿para qué más flor que Ella?
solo unos claveles blancos
brotan de su primavera,
a las plantas de la que es
la Madre de la naturaleza.
Ni algarabía, ni cantos,
ni aplausos, ni luz de velas;
pero sí ríos de llanto
que se desbordan al verla.
Tan solo ojos y labios
para Imagen tan perfecta;
Miradas que se entrecruzan,
palabras que se encadenan
entre la fe y la Esperanza
por más cercana, más bella...
Eso es el buen ejemplo
de la Sevilla auténtica,
de rezos e intimidades
y de cumplidas promesas;
pues no necesita gritos
para imponerse esta Reina...
No le hace falta más nada
y si algo faltara en Ella
con su fe y con sus piropos
Sevilla se lo completa.
4 comentarios:
Que poco queda. Aunque no escriba te sigo.
Un abrazo y si realizas la estación de penitencia, suerte hermana.
Saludos sentenciosos desde Feria.
Eso es desgranar esencias macarenas, que Ella te conserve la capacidad de expresar cosas tan bellas. Un saludo amiga
Muchas gracias a los dos ;)
Saludos.
No se que tiene, de verdad, pero al verLa se le cambia a uno la cara. Desprende Esperanza en esas manos.
Un saludo
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