Así se dicta Sentencia
con cariño y con esmero,
con las ideas bien claras
y más claro el sentimiento.
Con la entrega del que ofrece
su vida, su amor, su empeño
para que cumpla soñando
el dulce acompañamiento
de ese Lirio morado,
locura de amor del cuerdo...
bendita prisión del libre...
hermoso insomnio del sueño...
Así se dicta Sentencia
y no la dicta el imperio.
La va dictando la fe,
el delirio y el silencio...
la va dictando el devoto
y la dicta el costalero
sin pensar en la fatiga
ni el largo sufrimiento
¿sufrimiento? jamás hubo
tan anhelante mérito
para el que se halla debajo
del mismo Señor del Cielo
que al llevar en sus espaldas
y sobre su recio cuerpo
al Motivo de su fe
está tocado de lleno
por la misma mano de Dios
y rubricado en su cuello...
La dicta en su caminar
el oculto nazareno
al que tan solo le basta
tener de Él su recuerdo
para estar acompañado
y acompañar su desvelo.
La va dictando el armao,
de devoción ejército,
guardia perenne del gozo
y escolta de los anhelos...
La va dictando Sevilla
cuando contempla su gesto
callado, hermoso, paciente,
dulce, apacible y sereno...
Y ya no siente ese llanto,
ya no puede sentir miedos,
porque el dolor que tuvo Él
nunca se compara al nuestro...
y su presencia consuela...
y nos retira el lamento
y manda por donde pasa
y al pasar se hace el dueño
que donde esté su mandato
no vale ningún gobierno
y donde esté su Sentencia
que se quiten los decretos...
siempre como Dios manda,
y de costero a costero...
Así se dicta Sentencia
y dictando al mismo tiempo
la Esperanza venidera
que es la ley del macareno...
