Sevilla se concatena
con tu presencia bendita,
de tu Esperanza se llena
y su gracia queda escrita
en tu cara ¡Macarena!
Yo te miro, Macarena,
entre el gozo y el quebranto
¡y cuánto primor, cuánto,
guarda tu dulce patena!
Mi fervor desencadena
en un suspiro profundo
cuando el piropo rotundo
que en tu mejilla se posa
dice que como tu rosa
nada existe en este mundo.
Nada existe en este mundo
que se pudiera igualar
a tu belleza sin par
que crece a cada segundo.
Yo, este piropo difundo
y en mis labios se entretiene,
que toda gracia proviene
de Ti solo, Virgen pura
y es que tu misma hermosura
ni el mismo cielo la tiene.
Lo más bello en Ti descansa
con una gracia incesante:
en tus manos la bonanza,
la belleza en tu semblante
y en tu nombre la Esperanza
¿Para qué más resplandor
del aura más luminosa?
¿Para qué clavel y rosa
donde esté tu bella flor?
¿Para qué llanto y clamor,
para qué dulce y amena?
Si toda la dicha plena
con una virtud se alcanza.
Basta solo la Esperanza
de tu rostro, Macarena.
Qué palio, que manto verde,
qué rostro ¡bendito sea!
por eso que se recuerde
que el hombre que no lo vea
no sabe lo que se pierde.
2 comentarios:
Esther, me has dejado con la boca abierta, simplemente maravilloso.
Saludos.
"Basta solo la Esperanza
de tu rostro, Macarena"
Felicidades, Esther
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