El paraíso eterno has prometido
y la gloria al que tienes a tu lado.
Lo observa en tu semblante apaciguado
que si es dicho por Ti se ve cumplido.
Con ello muere en paz y arrepentido
y mientras con tu amor crucificado
perdonas a los hombres del pecado
y al mundo del quebranto más temido.
Lo mismo que dijiste a San Dimas
yo espero, suplicante, las respuestas
y el perdón de mis faltas me redimas
pues no soy, Tú lo sabes, nuevo Gestas.
Mas pongo tanta fe con estas rimas
que solo con mirarTe me contestas.
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