Sevilla con querencia es tu vasalla.
Te rinde pleitesía y te venera.
La luz de tu Esperanza es su bandera,
su escudo el corazón de una muralla.
No obtienes su favor con la batalla
ni en armas de hermosura tan siquiera.
Tan solo más humilde y más certera
contigo la Esperanza nunca falla.
Por mucho que digan lo contrario
Tú ganas sin mandar y sin antojos
su amor que entre suspiros se divisa.
Y Sevilla por ti gana a diario,
pues gana la Esperanza al ver tus ojos
y la gracia de Dios con tu sonrisa.
1 comentario:
Hermosura de poema amiga, y con tu permiso le añado:
Como Sevilla...le diría,
sin error a equivocarme
que más de uno la venera
¡Es nuestra Grandiosa Madre!
por mucho que alguno crea...
¡Es la Esperanza del Padre!
Como Sevilla la aplaude
¡La guarda como reliquia!
¡Toda España la suspira!
y con elogios...la obsequia.
Un abrazo desde Galicia.
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