
¡Cuántas cosas puedo decir
Con ese nombre tan sólo!
Puedo decir de la nada
A poder decirlo todo.
Una semblanza, una idea
De solamente un esbozo,
O un motivo de alegría
Que parte del alborozo.
Puedo decir con tu nombre
-breve, dulce, primoroso-
Lo que mi corazón encierra,
Lo que con mi pena bordo,
Entre palabra y palabra,
Un requiebro o un sollozo
Que con el alma se escribe
Y se expresa con los ojos.
¡Cuántas cosas me dice!
Y si tu nombre yo nombro,
Puedo decir Esperanza
Que se guarda, de algún modo
En la brevedad sonora,
En el espacio corto
De una simple exclamación
Hecho tu sello redondo.
¡Cuántas cosas puedo decir
Con ese nombre tan sólo!
Yo lo digo, sin esfuerzo,
Poniendo, codo con codo,
Todo mi sentimiento,
Mi cariño, trozo a trozo.
Y pongo siempre mi ruego
Cuando a tus plantas me pongo;
Un suspiro, una promesa,
Un llanto o un piropo.
Y da igual con que lo diga,
En dónde, el cuándo o cómo,
Que una letra me lo expresa
Y con eso me conformo.
Y es ese tu nombre, Madre,
Que aunque breve y angosto,
Cabe toda la Esperanza,
La belleza y el decoro,
La dulzura bien regada
Con las aguas del reposo;
Y la gracia que Triana
Puso también en tu rostro.
Cuántas cosas me dice…
Qué bien me lo dice todo…
¡Qué bien tu nombre guarda
Como divino tesoro
Un infinito glosario
Con una letra tan sólo!