e igual veces te levantas...
te levantas y a la vez
levantas toda Triana.
Levantas la fe del barrio
que tus andas acompaña.
Levantas clamor y silencio
y la fe en tu Esperanza...
Y levantas a ese hijo,
ese que siempre te guarda
para llevarte en la noche
con el costal por compaña.
Levantas en él la fuerza
el agarre y la templanza,
porque es su orgullo y su meta
poner lo que hiciera falta
para convertir en pluma
esa cruz con la que cargas.
Pues si tres veces te caes,
con la fuerza que le mandas,
él te levanta mil veces
aunque se quiebre su espalda.
Pero siempre que te busca
cualquier tarde en Triana
ahí si flaquea, Señor...
y es que es su devoción tanta,
es tanto su sentimiento,
tanto amor, tanta Esperanza,
que delante tuya, al verte,
mientras sus ojos se empañan,
porque Tú levantas su fe
él siempre cae a tus plantas.
1 comentario:
Anda, hija, que después de escribir esto terminarías en la misma Gloria de Dios...
Mi caído vela por ti, ya me encargo yo...
Besotes
E. Morillo
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